sábado, 23 de julio de 2011

ideologia


Erich Fromm es considerado uno de los componentes de la denominada "Escuela de Frankfurt", nacida en el Instituto de Investigación Social de la Universidad de Frankfurt, Alemania. Pasa a formar parte del Instituto desde el desempeño de la dirección por Max Horkeimer. El Instituto se define como marxista -en un sentido que se desarrollará heterodoxamente-, y asume la tarea de realizar estudios sociales. Fromm entra como psicólogo. Por esa época Fromm es ortodoxamente freudiano. Tras el advenimiento del régimen nazi, él como otros, emigran. Fromm primero viaja a los EE.UU., y tras varios años se establece en Méjico. 
Fromm fue criticado en el Intituto por separarse del pensamiento de Freud, en sus últimos trabajos en el mismo. 
A partir de esto, Fromm empieza a desarrollar un pensamiento propio, que se plasma en sus obras individuales, las más conocidas. 
En "Psicoanális de la sociedad contemporánea" -su título en inglés es The insanity society- Fromm habla explícitamente del anarquismo, y de la trifulca de Marx y Bakunin. Da la razón a Bakunin, y critica a Marx por no ver como el elemento cultural de la sociedad occidental interfiere en el cambio social del modo de producción; afirmando que, dicho en lenguaje marxista, la superestructura influye en el cambio social de la base enconómica. Éste sería un aspecto que coincidiría con el anarquismo entendido, claro está, dentro de la racionalidad interna de la tradición. 
En la misma obra proclama, en consecuencia con su tesis antedicha, una revolución personal de los individuos como condittio sine qua non para la realización del socialismo. Aquí, como dice el compañero, Fromm se aproxima también al anarquismo. 
Fromm también se acerca al anarquismo en tanto que considera al individuo, singular y concreto, como paciente moral. De esta forma rompe con algunos de los supuestos teóricos hegelianos del pensamiento de Marx, afirmando la indisoluble contradicción entre el individuo y la colectividad. Algo que, como dijo Rudolf Rocker, subyace a todas las reflexiones de los pensadores anarquistas, y Proudhon en su "Sistema de las contradicciones económicas" entendió, usando un método científico dialéctico, de caracter binario, en contraposición con el de Marx -que sería terciario. 
También en "Tener o Ser" y otras obras, Fromm, al optar por una posición teórica que rechaza de plano la cosificación del individuo en su modo de vida -lo que sólo sería posible subsumiendo la Vida a la Ciencia-, se acerca a Bakunin, cuando éste niega que la Ciencia deba gobiernar la Vida, y califica a la Vida con atributos totalmente contrapuestos a los del pensamiento científico. La Vida para Bakunin, es experiencias inefables con el lenguaje cosificador de la ciencia -en todo caso el Arte es quien mejor la representaría. La vida además sería creativa, espontánea, impredecible, fugitiva... en opinión del gran pensador libertario. 
Hasta aquí bien, pero Fromm a pesar de que critica a la sociedad como un todo, se resigna al reformismo, llegando a valorar positivamente la religión cristiana, por ser la cultura que, en toda la historia -historia, independientemente de la dominación social, en esta valoración, se entiende- satisface mejor las necesidades antropológicas del ser humano. En este sentido es totalmente esclarecedora la crítica que el lúcido pensador Herbert Marcuse -también perteneciente a la mencionada escuela, y que fue compañero de trabajo de Fromm en el Instituto de Investigación Social-, realiza a Fromm en el epílogo de su obra "Eros y Civilización". Marcuse conecta sabiamente la posición político-social reformista de Fromm con su corpus categorial, que rechaza ciertas tesis del pensamiento freudiano, irrenunciables desde los puntos de vista explicativo, predictivo, ético y político. 
La diferencia con el anarquismo, siempre entendido -repito- en su racionalidad interna, y también con Freud en este aspecto, estribaría en la eliminación teórica de la teoría del instinto de muerte, de destrucción, o expresado a través de la tradición mitológica, del Tánatos. Sin entrar aquí en la teoria completa de los intintos de Freud -que nada tiene que ver con su pansexualismo terapeútico-, diré que el instinto de poder es a Bakunin -o al anarquismo- lo que el Tánatos a Freud y a Marcuse. La renuncia a este supuesto teórico -que puede leerse por ejemplo en su obra "Anatomía de la destructividad humana"-, conlleva, por consiguiente, un distanciamiento de Fromm con respecto al anarquismo, aparte de no poderse explicar ciertos fenómenos históricos y psico-individuales. Esto sería válido también para W. Reich -y en particular para su pretenciosa refutación del Tánatos en su obra "El carácter social". 
Marcuse también tiene alagos para Fromm, no todo son peros. Agradece a Fromm el desarrollo de la teoría de las neurosis freudiana. Quien, a pesar de esto, no se toma muy bien las opiniones de Marcuse. Un pensador, que, dicho sea de paso, guarda una relación teórica aún mas cercana que la de Fromm con el anarquismo. Quizá en otra ocasión podamos discurtirlo.

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