miércoles, 9 de marzo de 2011

el Empirismo !!!

EL EMPIRISMO

    
  Empirismo proviene del término griego έμπειρία; la traducción latina es experientia, de la que se deriva la palabra experiencia.
«Empírico» en la Antigüedad clásica, tanto para los griegos como para los romanos, se refiere a médicos, arquitectos, artistas y artesanos en general que consiguen sus habilidades de la experiencia dirigida hacia lo útil y técnico, en contraposición al conocimiento teórico concebido como «contemplación de la verdad» al margen de cualquier utilidad.[1]
En filosofía el «empirismo», como denominación de una Escuela o forma de pensar, surge en la Edad Moderna como una tendencia filosófica que se desarrolla sobre todo en el Reino Unido y suele considerarse en contraposición al llamado racionalismo más característico de la filosofía continental.
Es una teoría del conocimiento que enfatiza el papel de la experiencia, ligada a la percepción sensorial, en la formación de los conceptos. El conocimiento encuentra su validez en su relación con la experiencia; significa que la experiencia es la base de todos los conocimientos no solo en cuanto a su origen sino también en cuanto a los contenidos del mismo. Se parte del mundo sensible para formar los conceptos y éstos encuentran en lo sensible su justificación y su limitación. Respecto a losconceptos universales continúan la crítica nominalista ya iniciada en la BajaEdad Media.
Para el empirismo científico puro el método de la ciencia es la inducción y la ciencia ofrece una verdad probable.
En filosofía de la ciencia, el empirismo justifica la posibilidad de la validez de las teorías a través del experimento, en relación con la experiencia posible. Es requerimiento fundamental del método científico, que las hipótesis y teorías deben proporcionar la posibilidad de ser justificadas mediante la observación experimental.
Hoy día la oposición «empirismo-racionalismo», así como «analítico-sintético», no suele entenderse de un modo tajante, como lo fue en tiempos anteriores, y más bien una u otra...




 Existe una debate entre empiristas y racionalistas desde, al menos, eso que se denomina “la Antigüedad”, la Antigüedad griega en concreto. Los empiristas han creído, y siguen creyendo, que todo conocimiento proviene de los sentidos y que, además, debe ser verificado por esos mismos sentidos. Los racionalistas -al menos los que son considerados como tales en oposición los empiristas puros- sospechan de la capacidad de los sentidos para acceder a lo real, hasta el punto de que algunos, como Platón, acusarán a esos sentidos de engañosos (carceleros).
        Al ocuparnos de la palabra “cerebro” [Véase] tuvimos que considerar la hipótesis de que eso que suponemos que es nuestro cerebro no reciba lo que entendemos propiamente como realidad (“realidad exterior”), sino que, en cierto modo, la fabrique; eso sí: al servicio de algo “real” que, por ejemplo Humberto Maturana, denomina “sistema viviente”.
        Antes de mostrar lo que experimento en mi conciencia cuando lo que supongo que es mi mente es tomado por la palabra ”empirismo”, creo que puede ser muy útil hacer un recorrido por los siguientes temas:
        1.- Aristóteles versus Paltón. ¿Nacemos sabiéndolo todo ya… o no sabiendo nada en absoluto?
        2.- Locke. A las ideas complejas no les corresponde nada real. Sólo hay una idea compleja que sí tiene equivalente en la realidad exterior a nuestro entendimiento: la idea de “substancia” (el soporte material de cualidades). Pero Locke admitió, sin darse cuenta, la existencia de otras muchas ideas complejas: la idea de que existen ideas simples y complejas; la idea de que existe un entendimiento -una mente- que capta realidades exteriores a la suya, etc.
        3.- Berkeley. Estamos ante uno de los filósofos más brillantes que nos ofrece la narración canónica de la historia de la Filosofía occidental. Se propuso refutar a Locke con esta obviedad (obviedad al menos entre los empiristas): sólo existe percepción, nada más. No podemos ir más allá. La materia es nuestra mente, y nuestra mente es como un teatro en el que Dios despliega su imaginación (sus obras de arte en definitiva).
        4.- Hume. Hace casi veinte años quise iniciar una tesis doctoral a partir de lo que me parece un evidente error de este filósofo. Hume afirmó que el ser humano recibe impresiones (impactos sensitivos) del exterior, no ideas. Y que las ideas son los recuerdos de esas impresiones. Pero no problematizó Hume el dogma (muy empirista por cierto) de la pluralidad de impresiones. Para hablar de impresiones en plural antes ha de haberse instalado, dogmáticamente, un sistema de universales en el entendimiento humano. Kant afirmó que Hume le había despertado del sueño dogmático. Eso es imposible. No se puede despertar del sueño dogmático, al menos si se quiere seguir viviendo (soñando, es lo mismo). En algún cosmos (subyugado por algún Logos) hay que vivir.
        5.- Empirismo lógico. El Círculo de Viena. La fe en la verificación por los sentidos compartidos tribalmente. La demonización de la Metafísica (de otras metafísicas en realidad).
        6.- El ”empirismo radical” de William James. Merecen ser leídos los Essays in Radical Empiricism, editados y publicados póstumamente por Ralph Barton Perry en 1912. En esa obra encontramos una legitimación de todo tipo de experiencia. Es oportuno relacionar esta forma de empirismo el que el propio James sugiere en Las variedades de la experiencia religiosa.


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